4.10.05

Relexiones, impresiones

Rosh Hashaná, año nuevo para nosotros, los de la cole. Entramos en el 5766. Tiempo de comenzar a hacer balance, tiempo de reflexionar. Entramos en un nuevo año y, para los que no sepan, el tiempo entre Rosh hashaná y el día del perdón (Iom Kipur), es el tiempo para comenzar a procesar todo aquello que vivimos en el año. Coincidentemente tengo justo el rodaje de mi corto, en dos días concretamente (hoy hicimos prueba de luces de la escena más compleja, mañana sacamos equipos, pasado empezamos).
Poco tiempo para reflexionar, ya que voy a estar ocupado. Y mientras en lo único que pienso es en llegar a Bahía, justo para cuando termine el rodaje, justo para Iom Kipur, pienso en varias imágenes, veo cómo estaciona el colectivo en la terminal, me veo abrazar a mi hermano y mi mamá, tengo el foco puesto en esos momentos. Pocos entienden eso. ¿Cómo puede ser que estés a dos días de filmar tu primer corto en fílmico y en lo único que pienses es en volver a Bahía? Solo los que viven lejos lo entienden. Hace seguro seis meses o más que no viajo, necesito un descanso, un estar lejos de todo, cerca de todos, de mi familia. Y pienso en las cosas que me pasaron en el año, los rodajes, la mudanza, las salidas con los amigos de fierro que siempre están, los amores que, cual estigma perpetuo, no se concretan, pero conviven día tras día en mi cabeza, la asimilación que cada vez duele más (hace un año que no piso una sinagoga, eso es lo más doloroso). Se que este año voy a disfrutar el ayuno más que nunca, que me voy a emocionar en el beit hakneset (o shil, o templo, o sinagoga, como lo quieran llamar), que voy a agradecer por las cosas lindas que me pasaron (y porque cada vez me pasan más cosas lindas, aunque no lo disfrute como debería), y voy a pedir por aquello que me falta conseguir. Que voy a estar feliz de tener a mi familia cerca, de haber tenido cerca a mis abuelos durante el rodaje (un seguro cable a tierra, lo único que podrá hacer que no me convierta en un manojo de nervios). Y para el año que viene, ya hay cosas de las que me estoy ocupando ahora, concretamente me estoy reconciliando con mi religión, me suscribo a las páginas idisches, me acerco de a poco a algunas instituciones, me vuelve la alegría y el regocijo de antaño. Esa felicidad, ese sentido de pertenencia, esa identidad de la que uno sabe disfrutar cuando la ha perdido y busca recuperarla.
Por ahora gracias a todos, dentro de una semana, cuando el rodaje de "Lejana, distante" haya terminado, me detendré a darles las ¿merecidas? (jejeje) gracias, esto de ahora es un agradecimiento general, por las cosas de este año, y por haberse detenido a leer estas desprolijas reflexiones.
Adios. Nos vemos en un periquete.

3 comentarios:

Mega dijo...

me emocionó tu comentario. me gusta leer eso de vos. te entiendo por más que no pueda vivirlo y si no lo comprendi antes es más por una desviación del momento. te quiero, loco. suerte en lejana y en su semana posterior. say no more.

Anónimo dijo...

Yo no puedo decir que te entiendo porque gralmente cuando estoy lejos de mi casa lo unico que extraño son Mausi, Pochin y quizas Wallace. Pero si se siente lo mismo puedo asimilarlo con eso. Suerte en el rodaje y ya perate que te queda poco para viajar y con lo mucho que vas a estar haciendo con el rodaje ni te vas a dar cuenta del paso del tiempo.

Cadmo von Marble dijo...

Nobles palabras. Yo también te apoyo, L.A.S. Cuando alguien habla con justeza, lo mejor es callarse y asentir. Creo que me voy a hacer budista, man.