30.11.05

El cine de emociones...

El cine nunca podrá acercarse a ciertas cosas. En especial a aquellas cosas que se sienten o se perciben con instintos. Es tan simple como esto: Los que las vivieron las entienden, los que no, no.
Por ejemplo, el sexo. El cine nunca va a poder mostrarle a una persona que nunca lo tuvo lo que se siente, o lo que se opera en una relación sexual íntima. Lo entendí el día en que ya había dado mi primer beso. Previa a esta instancia, los besos en las películas me parecían... nada, eran besos, no había pasión, había quizás calentura, pero no podía compenetrarme con ese acto del que yo no sabía nada. En la instancia posterior, ciertos besos (aquellos que se mostraban realmente apasionados) me retraían psicológicamente al momento en el que yo hacía lo mismo, y sentía lo mismo que en ese momento, es decir, me sentía co-partícipe de estos actos.
Con el sexo y las películas pasa algo similar. En una película como la última de Cronenberg ("A History Of Violence", magnífica, por cierto, la recomiendo con entusiasmo), el sexo apasionada y violentamente interpretado lo compromete a uno en un grado más natural, pero en el caso de las películas porno, a pesar de ser dominadas por tanta artificialidad (más allá de que los hombres nos exitamos a través de los ojos principalmente), se puede llegar, también, en algunos casos a este nivel de identificación a partir de ciertos actos que nos llevarán a recordar o revivir la sensación o emoción que produce tal acto y depositarlo en la película.
Lo mismo sucede con la violencia. La violencia es inherente a todos. Todos nos identificamos con la violencia. A través de la adrenalina que produce una situación extrema o violenta. Todos tenemos violencia dentro nuestro. Algunos la exhiben, otros la esconden. El cine la vuelca en la pantalla y nos la deja respirar y liberar sin pormenores que nos traigan remordimiento o dolor, en otros casos.
De todos modos, muchas veces he pensado cómo acercarme, cómo hacer sentir cosas al espectador, cuando el medio es tan limitado en este aspecto. Cómo hacerle sentir lo que yo siento en este momento, o lo que sentí hace unos días, o años. Incluso debatí con una idea en la cual crearía la sensación de "déja vu" sobre el espectador a través de la recreación en composición de cuadro y arte, sin llegar a ser obvio, las imágenes más recordadas de las películas más vistas. Pero cada uno la verá con ojos diferentes, es ciertamente imposible alcanzar un público global absoluto de la misma forma. Creo que no es posible. Cada espectador recibirá de acuerdo a su contexto y eso lo llevará a teñir la obra con un tinte personal. Creo que seguiré pensando. Quién sabe, quizás se me ocurre algo.

Mega

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay cosas que se reciben mejor como espectador porque uno las conoce por la experiencia, eso si. Como ver una pelicula sobre una mujer divorciada siendo una y haber pasado por el mismo proceso de una separacion. Son cosas que se van a entender mas sin necesitar explicacion alguna porque se la da uno mismo. Pero me parece que la gracia del cine es abrir la mente, mostrar cosas nuevas para que uno las internalice y pueda ponerse en el lugar del personaje y ver como resolveria el conflicto uno mismo. De ahi que las peliculas parezcan buenas o malas a nivel personal. Hacer cine es arriesgarse a mostrar algo de una manera determinada y que al espectador le llegue de tal o cual manera. Es como pararse en un salon repleto de personas y dar una opinion sobre algo esperando que nadie la contradiga o poder tener las herramientas para mantenerse firme.

Mega dijo...

mi punto no iba hacia eso, es decir, no hablo de tramas, sino de elementos o situaciones mas claramente. porque cualquiera puede ver una pelicula e imaginar el lugar del otro, yo estoy hablando de otro nivel, del nivel sensorial, algo inalcanzable casi, q sientas en ese momento lo que el otro siente, no que lo veas sentir e imagines lo mal q se debe estar sintiendo, es comunicarte con el espectador, entrar en contacto, hacerlo protagonista exclusivo de la historia, que sienta éxtasis de estar frente a una pantalla que no perciba y que sólo sienta, no que analice con la cabeza y razone... eso.

Unknown dijo...

Ay, Seba. ¿Qué te fumaste? No entiendo, cualquier película puede provocar respuestas sensoriales en alguna persona. Para eso existe el cine. El porno es sólo una extensión, o si se quiere una exageración acerca de la interacción sensorial entre lo que se está viendo y la persona en sí. Querer provocar explícitamente algo, decir: "Yo estoy filmando esto así y así para provocar esto o esto otro en el público" es algo imposible, porque cada persona se identifica con otra cosa. El cine es un viaje, no importa en qué estación se baje cada persona, lo que importa es subirlos a ese tren, y que se queden la cantidad de tiempo que cada persona quiera quedarse. Eso último es puramente individual y subjetivo, en cuanto uno conscientemente le quiere dar vueltas, el tren se marea y se cae por un precipicio. Tampoco es decir "No me importa el público". El público es importante, pero no es prioritario. Lo principal es la historia, lo que uno quiere contar. Si lo cuenta bien, la gente se sube al tren tranquila y uno los puede llevar de viaje por donde quiera.

Giselle dijo...
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Giselle dijo...

En realidad, tanto en el cine, como en la literatura, etc., se produce un intercambio, una mezcla entre lo que te están mostrando (o lo que estás leyendo, etc) y la emocionalidad, psicología, y experiencias previas del receptor. A veces una escena, un personaje, nos recuerda a algo o a alguien, y le agregamos nuestra historia personal, nuestra subjetividad.

Es decir, una película, retomando el caso que puso Mari, sobre una mina divorciada, a mi me puede parecer sólo eso: "una-película-de-una-mina-divorciada". Una historia más. A una mujer q haya pasado por eso, le parecerá un reflejo- o no- de su vida, sentirá otra "complicidad" con la pelicula.
Es decir, yo creo que el arte y la comunicación se reciben de forma individual, hay ciertas sensaciones que uno puede elegir transmitir y que seguramente con la mayoría funcionen, pero hay otra parte que se escapa de las manos del autor, y depende ya de la subjetividad del espectador/lector/lo-que-sea.

Es un tema bastante complejo el de la reacción del espectador.

Anónimo dijo...

Yo estoy de acuerdo con Gisele... pero Leo.. como que el publico no es prioridad? cuando se hace una pelicula para quien se hace????
El que la escribio ya la conoce, y el que la dirijio tambien, para que tanto esfuerzo y empeño si el publico no importa? Si vos sos tu unico publico que gracia tiene?

Unknown dijo...

Mari, relee lo que puse. Dije que la prioridad es la historia, el público es un agente tan secundario como el mismo director. Todo el tiempo aclaré en mi comment que lo que importa es saber cómo llevar de viaje al público, porque de eso se trata hacer una película, de llevar de viaje al público. Pero el público no puede estar antes que la historia, eso en todo caso es la concepción del productor, que piensa en función de cuánto público va a llevar cada película Ahora bien, el público obviamente es importante, porque sin público no habría industria, no habría cine, pero de nuevo, lo más importante es qué historia uno quiere contar. Textual del primer comment: "Tampoco es decir 'No me importa el público'. El público es importante, pero no es prioritario. Lo principal es la historia, lo que uno quiere contar."