Napoleón

"Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes."

"Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado."

"La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo."

"De lo sublime a lo ridículo, no hay más que un paso."

Napoleón era un genio. Nadie lo duda. Un hombre bajito, de mirada severa y gran intelecto. Estaba siempre dos pasos delante de cualquiera. Fue brutal. En la guerra no hay protocolo que valga. Redefinió los combates en su época. Arrasaba. Y tenía un ejército que lo respetaba y lo seguía.
Napoleón hablaba con las tropas. Se preocupaba en escucharlos. Era el líder supremo que se paseaba como uno más, y los escuchaba, y recordaba el nombre de todos, un detalle notable. Que el más grande líder, el emperador, se acuerde del nombre de uno que no es más que un lacayo con un rifle es algo que le sube la autoestima a cualquiera.
Podía estar al lado de los escombros de la reciente victoria, pero sabías que estaba ya en el cuarto día de la próxima conquista a millas de distancia.

Era un estratega. Tenía visión.
Napoleón era un gran líder. Napoleón es el paradigma perfecto del líder, de hecho.
Cuando me dispongo a dirigir, pienso en él.